Lluvias de estrellas hay durante todo el año pero las más famosas y esperadas son las de las perseidas, que regresan a nuestros cielos cada año alrededor del 10 de agosto, día de la Festividad de San Lorenzo.

Las "Perseidas" toman su nombre de la constelación de Perseo, ya que por perspectiva, aparentan provenir de la dirección de dicha constelación, aunque no tienen ninguna conexión real con ella.
"Lágrimas de San Lorenzo" es el nombre popular con que se conoce a las perseidas, por su proximidad con la festividad de San Lorenzo (10 de agosto). En realidad, es una lluvia de estrellas fugaces (o lluvia de meteoros) visible cada año en torno al 11-12 o 12-13 de agosto, pero, ¿cómo se origina una lluvia de estrellas?
Las lluvias de meteoros son conocidas popularmente como estrellas fugaces, y las lluvias de estrellas se producen cuando la traza de partículas de polvo y rocas que dejan los cometas en su órbita entran en la atmósfera de la Tierra y se volatilizan produciendo un efecto luminoso: los meteoros.
En una noche cualquiera se pueden ver varias estrellas fugaces, una, dos o tres a la hora, pero, cuando se habla de lluvia de estrellas, es cuando se pasa de un ritmo de estrella fugaz por hora a uno, al menos, de estrella fugaz por minuto.
Estos fenómenos se pueden prever con antelación, ya que todos los años la Tierra en su camino alrededor del Sol atraviesa la trayectoria de varios cometas, en este caso el Swift-Tuttle.
Cada año nuestro planeta cruza la órbita de este cometa, que está llena de partículas pequeñas, como granos de arena o menos.
Cuando una de estas partículas entra en la atmósfera terrestre, la fricción la calienta de tal manera que se vaporiza a gran altura.
Durante unos segundos la partícula brilla como si fuera una estrella, y por eso este fenómeno recibe el nombre popular de estrella fugaz: no se trata por tanto de una estrella sino de una partícula de polvo incandescente.